Con frecuencia, se dice que en las grandes ciudades españolas se está experimentando una gran escasez de espacio habitacional, pero ¿tener más espacio necesariamente hace que la gente sea más feliz?

Es común escuchar inquietudes acerca de nuevas construcciones extravagantes y rentas altísimas que obligan a las personas a vivir en hogares cada vez más pequeños.

Aunque la realidad indica que cada vez hay mas personas viviendo en casas más grandes y se construyen con regularidad urbanizaciones de casas pareadas, adosadas y aparceladas.

En cambio, el problema es que la distribución del espacio se ha vuelto más desigual. Históricamente se asocia la “felicidad” o la satisfacción que reporta nuestra vivienda basándonos en el tamaño de la misma. Por lo que familias, numerosas y no tanto, tienen como objetivo familiar vivir a las afueras o el extrarradio en entornos más espaciosos. Mientras que, jóvenes, estudiantes, parejas, personas muy mayores y personas llegadas de otros países, tienden a vivir en espacios más pequeños en las grandes urbes de nuestro país.

Entonces, ¿más espacio siempre significa más ocupantes felices, o hay un punto de corte?

Echando cuentas…

No parece que estemos más felices con nuestra vivienda, a pesar de que el espacio vital y las condiciones de vivienda han mejorado para muchas personas.

Según algunos estudios, para las personas que viven en una casa unifamiliar, la satisfacción se ha mantenido igual desde la década los 70s, incluso cuando la cantidad de espacio por persona ha aumentado en aproximadamente un 40%. Pero, aunque esta satisfacción no haya aumentado para los que habitan en espacios más amplios, podemos asegurar que la gentrificación si juega en contra de las grandes urbes y los espacios más pequeños. Ya que la cercanía a los centros neurálgicos de la ciudad está dejando de compensar respecto a la vida en casas y zonas más espaciosas.

Gastar más en vivienda a menudo significa que las personas incurren en más deudas hipotecarias, trabajan más horas o recorren distancias más largas. Y esos son datos a tener en cuenta.

Aunque, estas personas si gozan de mejores entornos, espacios ajardinados, vías, calles y accesos a zonas de campo para la práctica de deporte y la desconexión de la ciudad.

Status social…

Esto no quiere decir que todos compitan conscientemente con sus vecinos sobre quién tiene la casa más grande. Pero es un hecho que esto es un elemento diferenciador.

En definitiva, la vivienda, es una decisión importante y muy personal que marcará el desarrollo de nuestra vida y la de nuestra descendencia. Hemos de estar convencidos y tener presente que siempre encontraremos algún pero. Es importante disfrutar con nuestro hogar y ser suficientemente hábiles y conciliadores con nuestro trabajo, amigo, familia y entorno.